lunes, 4 de enero de 2010

CUANDO LAS ADVERSIDADES SE CONVIERTEN EN VICTORIAS

Por: Federico Meléndez Valdelamar.

Pareciera ser que el señor Martinelli está predestinado por la divina providencia a convertir las adversidades en victorias; en la coyuntura electoral pasada lo trataron de disminuir con el apelativo de loco y sus asesores muy hábilmente le sacaron provecho a ese hendilgamiento para fortalecer su aceptación con los electores y llegar al Palacio de las Garzas sin mayores obstáculos.

Resulta que ahora la mayor corporación de justicia de Panamá desempolva una decisión de sus antecesores en esa instancia en uno de los mayores casos de corrupción del país conocido como “el caso CEMIS” en un afán inaudito, toda vez que las decisiones de la Corte Suprema de Justicia son finales, definitivas, obligatorias y deben publicarse en Gaceta Oficial (Art. 206) por crear un escenario de adecentamiento de la cosa pública y sancionar el llamado delito de “cuello blanco”.

Hasta allí las cosas pueden estar bien enfocadas, lo repudiable de estas acciones es que se están violando principios básicos del debido proceso, se desecha la presunción de inocencia, se ignora la Constitución de la República, y los encauzamientos a conocidas figuras públicas por estar presuntamente involucradas en actos de lavado de dinero, soborno y demás, son interpretadas más como persecuciones políticas y “show mediáticos” para desviar la atención de los problemas reales que atraviesa el panameño de a pie, que las ganas verdaderas de actuar en Derecho.

Esto último lo señalo así ya que cuando se escudriña el complejo mundo jurídico, y esto lo saben perfectamente los abogados apologistas de Martinelli, cuando se actúa en estricto Derecho, “no todo lo que parece es así necesariamente” y agrego que lo que no está en el expediente no puede ser tomado en cuenta.

Aquí no se trata de inventar o de dar paso al discurso de barricada, el asunto es de pruebas, y la “prueba judicial” tal como la interpreta el profesor Heriberto Araúz “debe ser pertinente, es decir, debe estar relacionada con los hechos controvertidos. En segundo lugar, la prueba debe ser aportada oportunamente dentro de los términos o etapa correspondiente, debe ser conducente, es decir idónea y licita”.

Las orientaciones de retomar el caso CEMIS pueden representar en teoría un arma de doble filo para Martinelli ya que si se decide a llevar esto hasta las últimas consecuencias, aliados de camino, claves en su triunfo, tendrán que enfrentar la justicia ya que el cacareado proyecto emerge en el marco de la gestión presidencial de la señora Mireya Moscoso; vistas las cosas así RM saldrá ileso, rodarán cabezas de la clase política con una cuota representativa del diezmado partido panameñista y el amigo de Berlusconi se venderá hábilmente ante la sociedad civil como el mandatario que le sobra carácter.