viernes, 11 de enero de 2013


Mediación escolar y plan de seguridad.

Hanya Martínez  H.

opinion@prensa.com (viernes 11 de enero de 2013)

El Plan de Seguridad Ciudadana de Panamá cobró sentido con diversos actores del Gobierno y la sociedad civil que participaron en la mesa de Justicia y Paz, en la gran concertación del año 2007, convocada por las Naciones Unidas, cuyo objetivo en general fue la erradicación de la pobreza, entendiendo que los temas en torno a dicha problemática tienden a mejorar la calidad de vida de los panameños.
Dicho plan fijó varias líneas de acción para la atención de la violencia y la criminalidad, permitiendo a través de la mediación el acceso universal a la justicia para la promoción de la cohesión social. Algunas estrategias son: La promoción de la mediación para reducir la carga de actividad jurisdiccional y para la solución de faltas menores, delitos culposos y delitos menos graves, relacionados a la acción penal, y la capacitación de la Policía comunitaria para tratar de colocar a la comunidad, como socia en el combate a la violencia y a la criminalidad.
Por otro lado, como acciones de prevención, establece rescatar y fortalecer los gabinetes psicopedagógicos de las escuelas. Las acciones, técnicas y herramientas específicas de prevención, es decir, el “cómo prevenir” lo deja a iniciativa y creatividad de los municipios, organizaciones civiles y sectores educativos, para la formulación, ejecución y evaluación de las estrategias locales, pero con una pequeña orientación al establecer que estos deberán elaborar y poner en marcha una reforma educativa integral, más humanista, tendiente a fortalecer los valores cívicos, morales y la enseñanza de los derechos humanos y la cultura de paz.
En ese sentido, el Acta 53/243, aprobada en octubre de 1999 por la asamblea general de la Organización de las Naciones Unidas, define la cultura de paz como una serie de valores, actitudes y comportamientos que rechazan la violencia y previenen los conflictos, tratando de atacar sus causas para solucionar los problemas mediante el diálogo y la negociación entre personas, grupos y naciones, respetando los derechos humanos. Por ende, la negociación colaborativa y la mediación resultan ser las estrategias más adecuadas que deben transferirse a la juventud y a los padres de familia, en este caso la mediación escolar, para inyectar en la comunidad valores que permitan el empoderamiento del conflicto y actuar sobre las causas de los problemas en la familia, en la sociedad y en las organizaciones educativas, logrando sensibilizar y capacitar al ciudadano en herramientas que le permitan, con éxito, la erradicación de la violencia y la criminalidad.
En algunos países de Europa y Latinoamérica, ya se implementa, con la conciencia de que la erradicación de la violencia y la criminalidad requieren de la mano dura de la autoridad, pero no con las personas, sino con los problemas. Dado que la mediación educa en la comunicación asertiva, para mejorar la calidad de vida de los individuos, también se promueve la participación, el ser pensante y la organización social, cuyos resultados alcanzan la iniciativa y el consenso en proyectos comunitarios que contribuyen con los Gobiernos a gerenciar, eficientemente, las políticas públicas, pues se logran evidenciar, escuchar y responder a las verdaderas necesidades de cada sector. Es tiempo de la mediación escolar.