sábado, 9 de octubre de 2010

PROMESAS DE CAMPAÑA

Por: Federico Meléndez Valdelamar

Las promesas de campaña se han convertido en una de las peores pesadillas del señor presidente Ricardo Martinelli.
A manera de ejemplo, por ser las más representativas, destacan el apoyo de los 100 a los 70 y el complejo aumento a los jubilados.

Sobre el primero debemos observar que la ausencia de experticia y planificación adecuada para reconocer un subsidio a todos aquellos panameños que llegan a los 70 años sin poder haber cotizado en la Caja de Seguro Social ha llevado a que esta posibilidad se convierta en una papa caliente, toda vez que se ha podido demostrar que los beneficiarios directos son los que menos están aprovechando ese dinero.

Otro elemento vinculante con el primero, lo constituye el anuncio hecho por el señor Martinelli de eliminar el subsidio electoral otorgado a los partidos políticos para entregárselo a los jubilados, mismos que han manifestado categóricamente que “solo aceptarán el aumento si se consideran los cincuenta balboas”.

Ahogado en sus promesas de campaña, Martinelli da un nuevo giro de timón cuyo único propósito y trasfondo es la de hacer sucumbir al resto de la clase política panameña la cual volverá a retomar aquellas prácticas clientelistas donde los gamonales acaudalados eran los que decidían hasta la manera de caminar de sus seguidores.

La espada de Damocles puesta a los partidos de oposición los dejará sin aliento y han obligado al añejo Eladio a morder el anzuelo; lo han orillado, sin que se lo pidan, a enviar señales de rechazo a las pretensiones de los partidos políticos para las próximas elecciones en caso de que él y sus 200 mil jubilados identifiquen cualquier asomo que contradiga la jugada del amigo de Berlusconi.

Si hay algo que hay que reconocerle a los geniecillos que están detrás de Martinelli es su habilidad política para los golpes certeros cuyos efectos mediáticos confunden por lo general a los sectores desprevenidos en un país donde la praxis política en sus más bajos instintos es lo que decide el durante y el después.

El financiamiento a los partidos políticos se adecuó en la reforma electoral del año 1997. Hay nueve principios filosóficos sobre los que descansa el llamado subsidio electoral.Seguridad jurídica, seguridad económica, igualdad de oportunidades, representación popular, no impactar negativamente el presupuesto nacional, fortalecimiento institucional de los partidos políticos, contribuir a la vigencia de la oposición política, eficacia del subsidio y solución parcial, son esos nueve principios.