domingo, 24 de enero de 2010

PELÍCULA PANAMEÑA SE ABRE CAMINO

Por: Federico Meléndez Valdelamar

Si hay algo que se le debe acreditar a la película Chance, es que ahora si se puede decir a voz en cuello que Panamá hace cine y con libreto panameño.

La ópera prima del director panameño Abner Benaím entra perfectamente en el género de la comedia; la propuesta, -que ya es una realidad-, viene teniendo un apoyo creciente de los panameños(as) en las salas de cine matrimoniados por inercia a la visión hollywoodense del séptimo arte.

Chance no es una película tonta, va mucho más allá de aquellas comedias ligeras para adentrarnos en las vicisitudes e interioridades de una familia de clase media alta liderada por un político(Francisco Gattorno) que trata de mantener su status a costa de lo que sea en el medio que los rodea y una esposa déspota y cruel(víctima y victimaria de valores excluyentes) que lo único que le interesa es el dinero, los vestidos de marca y las joyas, papel que encarna la actriz y escritora colombiana Isabella Santodomingo.

En la sala de cine que me tocó verla, la misma estaba abarrotada de personas de todas las edades que gozaban de oreja a oreja con las ocurrencias de dos empleadas domesticas al servicio de la familia González Dubois, que deciden hacerse justicia por sus propias manos debido a la indiferencia que muestran los dueños para cancelarles quincenas atrasadas de sus salarios; la estrategia de las actrices Aida Morales (colombiana) y Rosa Lorenzo(panameña) desencadena y visibiliza los flancos oscuros de la familia González Dubois en donde el único que se salva es el eslabón más débil, un pequeño niño que nunca supo que les pasó a sus papás y hermanas.

El diagnostico de Benaím es pertinente, exportable y sociológicamente aceptable ya que escudriña a pie juntillas los caracteres de personajes que en sus respectivos roles son listos y son el retrato de cualquier familia de clase media en América Latina y los propios Estados Unidos, por lo que nos atrevemos a predecir que tendrá acogida.

Fortalezas de la película: Buenos diálogos, divertida, el mensaje explicito de que la doble moral no paga, crítica a la élite panameña.
Falencias: Final inesperado, los cinéfilos esperaban algo más.