SIGNIFICANTE Y SIGNIFICADO
Por: Federico Meléndez Valdelamar
La praxis del periodismo doméstico, ya sea impreso o
audiovisual, se ha caracterizado tradicionalmente por privilegiar el
significante y no el significado, el trasfondo, por ejemplo, que se
esconde detrás de las aparentes poses contradictorias
entre la ministra de educación Lucinda Molinar y el ministro de Seguridad José
Raúl Mulino debido a la decisión unilateral de éste último de violentar la planificación
de los desfiles patrios del cuatro de noviembre para darle paso a la Fuerza
Pública.
Por un lado, todo parece indicar que la ministra de Educación
con esta acción, trata de poner distancia de un gobierno que ha entrado en un
desgaste inexorable y falta de credibilidad debido a decisiones equivocadas,
verbi gracia el caso Colón; la lectura que hacemos sobre el particular, es que
la señora Molinar quiere salir con la cabeza en alto y vender la idea de que
ella no forma parte de la cadena de obediencia que ha instalado el señor
Martinelli dentro del gobierno y los aliados de otros colectivos políticos.
Mulino, mientras tanto, queriendo parecer más estratégico,
que la señora Molinar, aprovechó el escenario de las fiestas patrias para
enviarle un mensaje certero a la aristocracia obrera de Panamá exhibiendo a
militares en arreos de combate para que tuvieran claro de lo que son capaces
las fuerzas de seguridad bajo su mando si continúan midiendo fuerzas en las
calles.
En esta dirección, hay que tener claridad que las contradicciones
entre la señora Molinar y el señor Mulino, “son contradicciones no antagónicas”
ambos responden a un tronco común, sus divergencias no ponen en peligro los
planes del actual gobierno, más que debitarlo, lo que ambos persiguen es
hacerle creer a sus seguidores, aliados y el país en general, que ellos gozan de autonomía para decidir y
confrontar en público.
Sin embargo, el imaginario popular ha empezado a interpretar
en su justa dimensión estos códigos, muy bien elaborados, que lo que buscan es
distraer a un sector de la población y de la prensa escrita que de manera
inocente y deliberada también, le sigue y le hace el juego a poses histriónicas
que pasado un tiempo, quedarán en el olvido, en risas de oreja a oreja y en
abrazos fraternos en la embajada de los Estados Unidos.