lunes, 21 de mayo de 2012

DÍA INTERNACIONAL DE LA BIODIVERSIDAD Por: Federico Meléndez Valdelamar En medio de un escenario nada halagador, el próximo 22 de mayo se celebra el día internacional de la Biodiversidad. Inicialmente la celebración correspondía el 29 de diciembre, no obstante, la Organización de Naciones Unidas (ONU) mediante Resolución No.55 lo trasladó al 22 de mayo, fecha que concuerda con la aprobación del contenido del convenio sobre diversidad biológica. “El término biodiversidad, es relativamente nuevo, toda vez que se acuñó en 1985, es una contracción de la expresión diversidad biológica, comprensiva de la variedad del mundo biológico y casi sinónimo de vida sobre la tierra”(Mascheroni, 2010). La aniquilización de la biodiversidad constituye uno de los aspectos más inquietantes de la crisis ecológica mundial. Se estima que entre 50 y 300 especies se extinguen cada día. Las voces globales que han tomado conciencia sobre el particular han empezado a dejar plasmado su preocupación ante la creciente amenaza que se cierne sobre los océanos, costas y manglares. Un diagnóstico reciente del secretario de Naciones Unidas, Ban Ki-moon subraya “que los océanos y costas sostienen una gran diversidad de vida de la que depende mucha gente, y que éstos ofrecen servicios invaluables, incluyendo el turismo y la protección contra tormentas. Más de la mitad de las pesquerías globales se ha reducido y un tercio está agotado. Entre 30% y 35% de los entornos marinos en estado crítico, como pastos, manglares y arrecifes coralinos, se estima que se han destruido”, expresó Ki-moon. Con la pérdida de humedales se pierde biodiversidad, servicios eco sistémicos e ingresos. Según CATHALAC (2009), la creciente deforestación que vienen sufriendo los manglares de Panamá es motivo de importancia pues peligra la existencia de los ecosistemas marinos costeros, afectando directamente a las pesquerías y la actividad socioeconómica de la región. A pesar de su importancia ecológica y su potencial económico, los manglares panameños están desapareciendo rápidamente; donde, las principales causas de su desaparición consisten en la ampliación de la frontera agrícola; construcción de estanques camaroneros; desarrollo urbano, turístico e industrial; uso indiscriminado de agroquímicos y otros contaminantes. Consciente de esta situación, en la Encíclica Centesimus Annus, el Papa Juan Pablo II señala: que "es deber del Estado proveer a la defensa de los bienes colectivos como son el ambiente natural, cuya salvaguarda no puede estar asegurada por los simples mecanismos de mercado". En la misma dirección, la Convención Internacional de Diversidad Biológica de Río 92, en su Art. 1º dispone como objetivo: "la conservación de la diversidad biológica, la utilización duradera de sus elementos y el reparto justo y equitativo de las ventajas que derivan de la explotación de los recursos genéticos". La República de Panamá instauró en el año 1980 el primer listado oficial de animales amenazados a través de la Resolución J. D. 002-80. En ese entonces no había una definición clara de las categorías de conservación en la que podía incluirse un animal o planta. Por ello sólo se definió la categoría denominada EN PELIGRO DE EXTINCIÓN, categoría oficial que se ha mantenido hasta nuestros días. El único listado oficial que existe a la fecha para proteger algunas especies de vertebrados es este mencionado decreto. Muchas especies en ese tiempo estaban evidentemente amenazadas, pero también se incluyeron y excluyeron otras especies sin ningún rigor científico básico (Rodríguez 2007) “El listado oficial de Panamá incluido en la Resolución J. D. 002-80 de 1980 como Especies en Peligro de Extinción, incluye un total de 82 especies de los cuales 33 son mamíferos, 38 aves, 10 reptiles y un anfibio” (Rodríguez Ídem) Para el año 2007 la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) incluyó un total de 274 vertebrados terrestres, acuáticos y marinos. De este total 58 corresponden a mamíferos, 43 aves, 10 reptiles, 87 anfibios, 20 peces óseos y 56 peces cartilaginosos. De lo anterior se deduce que los anfibios y mamíferos son los grupos taxonómicos más amenazados y los reptiles los menos amenazados para el caso panameño.